una segunda planta que es la que contiene la DMT en sí, especialmente Psychotria viridis, también conocida como chacruna; o también Diplopterys cabrerana, conocida como chagropanga o chaliponga (en el caso de la preparación conocida como yagé).[6][7]
El consumo de la ayahuasca genera efectos alucinógenos a causa de la presencia del DMT natural de plantas como Psychotria viridis, Diplopterys cabrerana y otras. Es especialmente serio su efecto sobre el córtex cerebral, que puede provocar un cuadro psicótico cuya duración varía, pudiendo ser agudo, o bien más duradero y en algunos casos, ser irreversible.[8]
Este preparado recibe distintos nombres de acuerdo a los diferentes pueblos que la preparan.[9]
Las dos palabras más conocidas son yagé (Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela) y ayahuasca (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú), ambas palabras designan tanto a la planta Banisteriopsis caapi como a la bebida ritual preparada por los especialistas en medicina tradicional amazónica y la ceremonia en la que se consume.[4]
Ayahuasca en quechua significa «soga de los espíritus» por su etimología aya (espíritu, muerto) y waska (soga, cuerda),[4] ya que en la cosmovisión de los pueblos nativos el ayahuasca es la soga, que permite que el espíritu salga del cuerpo sin que este muera.[10] Esta palabra es utilizada en Perú, Bolivia y en partes del Ecuador.
Yagé es una palabra cofán (también se encuentra en otras fuentes escrita como yajé),[11] y es utilizada por indígenas de la Amazonia y Andes colombianos, ecuatorianos y en regiones peruanas cercanas a las fronteras de estos dos países.[12]
Caapi o cipó proviene de la lengua Ñe'engatú de la familia lingüísticatupí-guaraní, que era la lengua más extendida en la costa de Brasil y en la amazonia colombiana (río Vaupés) antes del contacto con los europeos, y que siguió siendo extensivamente usada por los colonizadores en el primer período de la colonización portuguesa. Según Spruse, caapi traduce yerba u hoja delgada.[13] En Brasil este nombre se utiliza tanto para la bebida como para la planta B. caapi.
Nishi Cobin en idioma shipibo significa «bebida de la sabiduría» o «bebida de los sabios».[14]
Nixi Pae en idioma kaxinawá significa «bebida fuerte» por su etimología nixi (bebida) y pae (fuerte).[15][16][17][18]
Uní es una palabra de los yaminawa del Brasil.[19]
Natem es el nombre que dan los achuar[20] y los shuar[21] de Perú y Ecuador.
Shori es el nombre dado por los sharanahua del Perú.[22]
Hoasca es una palabra utilizada por el grupo religioso brasileño Unión del Vegetal, que beben ayahuasca.[23]
Es una decocción de la liana Banisteriopsis caapi, que contiene unas sustancias que actúan como inhibidores de la monoamino oxidasa. Las principales son harmina (un principio activo al que antes de su clasificación oficial en 1939 se le llamó banisterín, yageína), y en bajas concentraciones también presenta harmalina y harmalol. Este grupo de alcaloidesβ-carbolínicos no es exclusivo de Banisteriopsis, también se presenta en las semillas de Peganum harmala o ruda siria.[27]
Uno de los preparados más comunes es la mezcla de Banisteriosis caapi con Psychotria viridis, chacruna en uno de sus nombres nativos. También se puede encontrar mezclada con Diplopterys cabrerana o chacopranga, o con Mimosa hostilis. Estas plantas aportarían al preparado, en su caso, la molécula dimetiltriptamina o DMT. Con todo, la variabilidad en la composición de las diversas ayahuascas será muy grande, encontrándose en alguna de sus variantes otros componentes adicionales como el tabaco u otras plantas. El resultado es un brebaje empleado en los rituales chamánicos de varios pueblos nativos amazónicos.[7]
Jonathan Ott, en su libro Análogos de la ayahuasca identifica varias combinaciones posibles con plantas de diversos continentes.[28]
Efectos y riesgos
No existen estudios científicos sobre la toxicidad de la ayahuasca y riesgo de habituación. Su consumo resulta en una serie de efectos propios de la combinación de sus principios activos y por su efecto alucinógeno.[29][30][31][32][33][34]
Sin embargo, el peligro más serio se deriva de su efecto sobre el córtex cerebral, que puede provocar un cuadro psicótico cuya duración varía, pudiendo ser agudo, o bien más duradero y en algunos casos, ser irreversible. Está documentado que desencadena esquizofrenia en personas predispuestas.[29][30][31][33][36][37]
Importancia cultural
La ayahuasca tiene un origen milenario entre las culturas del Amazonas de Perú, Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador y Brasil.[38][39] Varias culturas y tradiciones de los pueblos amazónicos entendieron a la poción de ayahuasca a partir del paradigma tradicional de salud propio de estos pueblos.[40]
Primeras descripciones de uso
En los documentos etnohistóricos coloniales se encuentran descripciones del uso del ayahuasca por parte de los pueblos de la Amazonia que habitaron las áreas del río Marañón:[41]
José Chantre y Herrera en su Historia de las misiones de la Compañía de Jesús en el Marañón español (1637-1767) —información recopilada de los documentos jesuitas— da una primera descripción detallada:[42]
En otras naciones se destina una noche entera para la adivinación. Para este efecto señalan la casa más capaz del contorno porque ha de acudir mucha gente a la función... El adivino cuelga su cama en medio... y pone al lado un infernal brebaje, que llaman ayaguasca, de singular eficacia para privar de sentido. Hácese un cocimiento de vejucos o hierbas amargas, que con el mucho hervir ha de quedar muy espeso. Como es tan fuerte para trastornar el juicio en poca cantidad, la prevenida no es mucha, y cabe en dos pocitos pequeños. El hechicero bebe cada vez una pequeñísima poción, y sabe muy bien cuántas veces puede probar del cocimiento sin privarse de juicio para llevar con formalidad la función y regir el coro...
Dispuestas así las cosas, toma su asiento el adivino en medio de los hombres y a vista de todos echa en un vasito pequeño del cocimiento prevenido y bebe una o dos veces sin hablar palabra. A poco tiempo hace operación el ayaguasca, empieza a calentarse y da principio a una cantinela...
Repite muchas veces el embustero las mismas palabras,... bebe este otra vez y carga más la mano; transportado casi enteramente, empieza como loco y furioso a gritar, parlar sin concierto y hacer ademanes y visajes, hasta que cae redondo en la cama o tabladillo; todo lo que dice cuando está ya privado lo tienen por oráculo...
1637-1767
Juan Magnin en su Breve Descripción de la Provincia de Quito, en la América meridional de sus Misiones... de Maynas del P. de la Comp. de Jhs. a las orillas del Gran Río Marañón, hecha para el Mapa que se hizo el año 1740 (ca. 1734-1740), da una mención muy breve, no detallada:[43]
...tienen para el caso, ojas, raízes, sumos, bejucos, como son el hurupschi, ayahuessa, corahuana, Maviari o florecitas de amor, y otros;...
ca. 1734-1740
Pablo Maroni en su Noticias auténticas del famosos río Marañón y missión apostólica de la Compañía de Jesús de la provincia de Quito en los dilatados bosques de dicho río. (ca. 1737), brinda una descripción del uso del ayahuasca y del ‘floripondio blanco:[44]
Para adivinar, usan beber el zumo, unos de floripondio blanco, que por la figura llaman también Campana, otros de un bejuco que se llama vulgarmente Ayahuasca, ambos muy eficaces para privar de los sentidos, y aun de la vida, en cargando la mano. Deste usan también a veces para curarse de enfermedades habituales, principalmente de dolores de cabeza. Bébele, pues, el que quiere adivinar con ciertas ceremonias, y estando privado de los sentidos boca abajo, para que no le ahogue la fuerza de la hierba, se está así muchas horas y a veces aun los dos y tres días, hasta que haga su curso y se acabe la embriaguez. Pasada esta, hace refecsion (sic) de lo que le representó la imaginativa, que sola y a ratos le debe quedar para delirar, y esto es lo que da por hecho y lo propala como oráculo.
Los shipibo-conibo hacen uso del ayahuasca con el nombre de oni cobin o nishi cobin[14] en sus ceremonias y ritos de curación desde tiempos muy antiguos. Los chamanes shipibos (Junes, Onayas, Murayas y Mutsarawas por su rango) herederos del conocimiento ancestral de las diferentes mezclas, preparaciones y usos del ayahuasca, utilizan estas adiciones para diferentes motivos, determinando las plantas que agregan según el efecto u objetivo buscado, ritual, ceremonial o curativo. El grupo étnico shuar del sur y la frontera del Ecuador y Perú (jíbaros por como los llamaron los españoles), hacen uso de la ayahuasca con el nombre de natem por los uwishin (nombre del chamán Shuar).[21] Del mismo modo las comunidades Inga y Kamsá en la amazonía colombiana hacen uso del yagé para la práctica etnomedicinal.
SE RESUELVE:
Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos y usos tradicionales del Ayahuasca practicados por las comunidades nativas amazónicas, como garantía de continuidad cultural.[45]
La medida se tomó tras la petición de las comunidades indígenas tras un trabajo de documentación encargado a la investigadora Rosa Giove Nakazawa.[46] Otros países, como Brasil, Ecuador y Bolivia, realizan trámites para otorgarle el mismo reconocimiento.[47]
Rituales de ayahuasca modernos
Hoy en día existen una gran diversidad de rituales que utilizan la bebida de acuerdo a dinámicas culturales y las tradiciones de los pueblos amazónicos.[48] Incluso se han descrito y estudiado las tomas rituales sincréticas de ayahuasca en ciudades andinas como Písac en Cusco, europeas como Barcelona y norteamericanas,[49][50][51] entre ellas las de origen brasileño como las del Santo Daime y la Unión del Vegetal (UDV).
En la ceremonia de ayahuasca contemporánea en el contexto del turismo de ayahuasca en la ciudad de Iquitos, los participantes se sientan en el suelo formando un semicírculo, mientras el curandero mestizo va soplando humo de un cigarro de mapacho, sahumando con el humo de palo santo y distribuyendo agua de Florida a los presentes y a su alrededor para ahuyentar las «energías negativas».[52][53]
En el centro del semicírculo el curandero dispone la ayahuasca y los materiales necesarios para la ceremonia, que puede durar hasta 7 horas, durante las cuales, el guía entona sus cantos, llamados íkaros.[54] Entre 20 y 45 minutos después de la ingesta de la bebida los participantes comienzan a notar sus efectos, conocidos como «mareación de ayahuasca». Algunos pueden sufrir vómitos, diarreas, sudoraciones u otros efectos.[55]
Iglesias ayahuasqueras de Brasil
La ayahuasca es, así mismo, el sacramento de varias iglesias brasileñas, como el Santo Daime o la União do Vegetal, que se han expandido por Estados Unidos y Europa, con un uso adecuado y respaldado por la experiencia y las investigaciones del gobierno brasileño y americano. Estas instituciones religiosas, de corte sincrético e integradoras del complejo legado cultural amazónico en el que convergen lo puramente amazónico y lo cristiano, han constatado el progresivo reconocimiento de su actividad y práctica religiosa. Tal reconocimiento jurídico encuentra su base en el ejercicio de la libertad religiosa y en tanto expresión tradicional de la cultura amazónica.[1][56][57]
Extensión hacia otros países
La fama de la ayahuasca en el mundo se debe en parte al libro The Yage Letters (Las cartas de la ayahuasca), (1963), escrito en colaboración entre los escritores estadounidenses William S. Burroughs y Allen Ginsberg, el cual contiene mayormente cartas de Burroughs escritas en el año 1953 durante «su segundo viaje por tierras latinoamericanas en busca del yagé o ayahuasca»,[58] que lo llevarían a una breve estadía en la selva amazónica peruana, donde experimenta con el ayahuasca.[59] El libro finaliza con la correspondencia escrita por Ginsberg en el año 1960, durante su permanencia en Perú, que detalla sus propios experimentos con ayahuasca.[60]
El alcaloide DMT (N,N-dimetiltriptamina), uno de los componentes de la poción de ayahuasca, se encuentra dentro de la Lista 1 de la Convención sobre sustancias psicotrópicas de las Naciones Unidas de 1971 y por lo tanto se encuentra fiscalizado.[56] No obstante, las plantas y los preparados que contienen DMT, al igual que la decocción ayahuasca, no se encuentran sujetos a fiscalización de acuerdo a una carta específica del Secretario del Consejo de la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE) del 2000 y al Informe Anual 2010:[61]
Ninguna planta (ni materiales vegetales) que contengan DMT se encuentran actualmente fiscalizados de acuerdo a la Convención sobre sustancias psicotrópicas de 1971. Por consiguiente, los preparados (ej. decocciones) elaborados a partir de estas plantas, incluyendo a la ayahuasca, no están bajo fiscalización internacional y, por lo tanto, no están sujetos a ningún artículo dentro de la Convención de 1971.
Control Internacional de los Preparados de Ayahuasca, 2000 Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes[62]
Sin embargo, en el Informe Anual 2012 de la JIFE, se recomienda a los gobiernos adoptar medidas apropiadas a nivel nacional ya que el uso de esas sustancias se vincula a riesgos tanto físicos como psicológicos:
Art. 331. La Junta también observa la popularidad cada vez mayor de prácticas que tienen presuntas connotaciones espirituales, como el “turismo espiritual”, y que sirven para encubrir el consumo de sustancias psicoactivas de origen vegetal. En varios centros de todo el mundo se ofrecen “viajes iniciáticos” con la presencia y asistencia de un chamán. Algunas agencias de viajes en línea ofrecen “viajes iniciáticos” “supervisados” por chamanes, pese a que esos actos suelen estar totalmente al margen del contexto sociocultural que ellos afirman representar. Las prácticas chamánicas aplicadas durante esos viajes iniciáticos, entre ellas el trance, los éxtasis, las alucinaciones y la adivinación, se ejercitan principalmente ingiriendo preparados de materias vegetales que contienen las sustancias psicoactivas mencionadas anteriormente.
Art. 332. La Junta observa con preocupación que el uso de esas sustancias se ha vinculado a diversos riesgos graves para la salud, tanto físicos como psicológicos, e incluso a riesgos mortales. Por consiguiente, señala a la atención de los gobiernos el hecho de que la utilización de esas materias vegetales con cualquier propósito podría constituir una práctica sumamente peligrosa.
Art. 334. La Junta reitera su recomendación a los gobiernos de los países en que esas materias vegetales pueden ser objeto de uso indebido y de tráfico, en el sentido de que sigan atentos a todo lo que ocurra, y les recomienda también que adopten medidas apropiadas a nivel nacional cuando la situación así lo exija.
Informe Anual 2012 Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes[63]
Tributos artísticos
César Calvo publicó en 1981 su novela Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía, un relato mítico visionario por la amazonía profunda a través de encuentros con curanderos y la ayahuasca.[64]
Nora de Izcue realizó en 1982 el largometraje de ficción El viento del Ayahuasca, una historia romántica ambientada en Iquitos en el contexto de las creencias mágico-religiosas de la amazonía peruana.[65]
La ayahuasca es la principal influencia de Pablo Amaringo, pintor peruano reconocido por la ONU y de la etnia shipibo-conibo. En el libro Ayahuasca Visions (1991), realiza una interpretación de las visiones en sus cuadros brindando una original mirada a la cosmovisión amazónica.[66]
El uso del ayahuasca fue primordial en la escritura del poemario Libro del sol (2000),[67] del poeta peruano Josemári Recalde (Lima, 1973-2000), así como en el resto de su obra editada póstumamente (Libro del sol y otros poemas, 2009).[68]
Gran parte de la obra plástica del artista peruano Christian Bendayán (1973), oriundo de la ciudad de Iquitos, está inspirada en el uso del ayahuasca.
El grupo peruano de música electrónica Dengue Dengue Dengue basa su música y vestimenta en los rituales del ayahuasca.[69]
El grupo español de rock Mägo de Oz, en su álbum Gaia III: Atlantia, le dedica una canción: «La soga del muerto (ayahuasca)».
Allen Ginsberg viajó desde Lima hasta Pucallpa, en los años 50, para participar en un ritual con ayahuasca.
En su disco Despedazado por mil partes, de 1996; el grupo de rock argentino «La Renga» incluye una canción titulada «Paja brava», en la que nombra a la ayahuasca, entre otras plantas medicinales o alucinógenas.
La banda española de pop rock Taburete le da nombre a uno de sus álbumes titulado "Madame ayahuasca"
Es mencionada durante el episodio cuatro de la segunda temporada de Scream.
La novela gráfica Bilis Negra del científico-poeta chileno Mario Markus narra los efectos de la ayahuasca en un joven que quiere averiguar lo que le ha pasado a su mejor amigo, que ha "perdido el alma" debido a una experiencia con la teleportación.[70]
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